El sueño del basurillas 2

Pero cuanto más despacio pasaban las horas, más deprisa me parecía que pasaban las semanas... ¿Las semanas? ¡Pero qué coño!, me dije entonces. ¿Durante cuánto tiempo llevaba ahí sentado en ese espacio vacío? Parpadeé repetidamente y me froté los ojos para ver si lo que me pasaba era que estaba soñando. Pero no. Porque entonces, al retirar las manos de mi cara, me percaté de lo mucho que me había crecido la barba. Recordaba que cuando me senté en el suelo, hacía sólo un par de días que me había afeitado con una maquinilla desechable. Sin embargo, ahora podía tirarme de la barba con unas uñas tan largas o más que los pelos de mi cara.

Naturalmente, hay muchas formas de medir el paso del tiempo, pero en realidad sólo hay una forma de pasarlo en cada momento. Y si sólo había una forma, ¿por qué demonios no podía acordarme de las últimas semanas?

1 comentario:

Danilo T. Brown dijo...

os voy a dar por culo a los dos